sábado, noviembre 28, 2015

Lo que verdaderamente pasa con el Arte 3

Quizá era necesario dejarlo claro con formas y ejemplos más taxativos. Lo voy a intentar.

Cuando digo que ya no hay Arte lo que digo es que ya no hay una Institución que verdaderamente controle y abarque lo que en su nombre se presenta como tal. Y que tal cosa ha sucedido porque el producto que podríamos denominar artísitico se ha fundido en lo social. Es decir, del elitismo aristocrático que ha gobernado el mundo del Arte durante todo su reinado, cerca de 250 años, hemos pasado a un estado donde la tecnología ha democratizado el producto en nombre de las autopistas de la información y de la multioferta. Y recordemos que era ¡exactamente esto! lo que la Institución Arte ha perseguido con ahínco, sobre todo desde las Vanguardias Históricas: democratizar el Arte. No podemos olvidarnos del híper famoso grito de Guerra del gurú por antonomasia del Arte finisecular Beuys, “Todos somos artistas”. Así pues, un éxito del propio Arte (de la Institución Arte en su desarrollo histórico) el hecho de que ya no haya Arte. Es lo que se llama “morir de éxito”.

De nuevo un frase de Tomás LLoréns nos muestra lo reacios que son los representantes de una era periclitada a aceptar un cambio de paradigma. En la entrevista citada en el anterior post Lloréns venía a decir que a pesar de todo ese caos que vive el arte en la actualidad hay muchos buenos artistas pero que en estas condiciones son muy difíciles de encontrar.

Pues bien, es exactamente TODO LO CONTRARIO. Es precisamente ahora donde todo es fácil de encontrar. Lo que seguro seguirá siendo difícil es determinar quienes son o no son buenos artistas. Y es ahí donde, precisamente, entra el factor de la democratización que tanto ofusca a quienes en el fondo no la quieren -y no la querían- porque no les interesa. No hay duda: cuando no existían ni Internet ni el Big Data lo que decían los expertos era incuestionable entre otras cosas porque no había forma de cuestionarlo. Pero ahora ¿qué usuario (más o menos nativo digital) va aceptar que un supuesto experto le diga qué artistas debe admirar? Prácticamente ninguno. Que un tipo se empeñe, en función de su supuesta condición de sabio, en señalar a ciertos artistas para hablar de su irrefutable superioridad artística respecto a otros es una de las cosas más desfasadas que intelectualmente pueden hacerse hoy en día.

Lo que en absoluto quiere decir que no se pueda elogiar a tal o cual artista a través de textos verbales más o menos literarios. Sólo quiere decir que ya no podrá hacerse amparándose en el plural mayestático que se expresa desde la Institución. O dicho de otra forma, todo elogio verbal de una obra de arte no dejará de ser más que una “simple” crónica del firmante de la misma.

Cuando digo que ya no hay Arte porque el producto arte se ha fundido en lo social, lo que digo es que el artista de antaño ha desaparecido. Y que ha desaparecido, precisamente, por estar en “todas partes”. Así pues, ésta es la paradoja, el precio que el artista del hoy ha tenido que pagar por estar en todas partes es el de haber desaparecido.

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